El lápiz de Frato asesta golpes certeros, hiere, sí, pero también sana. Por debajo de la sátira, a menudo corrosiva, se percibe el amor por la escuela, por la educación y, especialmente, por los niños y niñas, que son quienes guían el trazo de su mano. De ahí que, a lo largo de estos años, estas viñetas hayan estado tan presentes en las publicaciones, en los manifiestos y en los opúsculos de los movimientos de renovación pedagógica o de protesta educativa. De ahí que muchos profesores universitarios las utilicen para ilustrar sus clases, para sintetizar algunos conceptos o para resumir una idea. Este libro pretende ser de alguna forma un homenaje a Frato por sus cuarenta años de compromiso con la educación. Recoge las mejores viñetas y las más conocidas desde 1968 hasta la actualidad.